Comer en familia

Comer en familia

by | Nov 2, 2024

Las horas de la comida ofrecen grandes oportunidades para que las familias se reúnan para conversar y conectarse. Un estudio, Project EAT (Alimentación entre Adolescentes), encontró que los niños que se sientan a comer en familia con regularidad tienden a rendir bien en la escuela, evitan comportamientos de riesgo, comen de manera más saludable y tienen un menor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios (ver otros enlaces aquí). Las comidas en familia brindan a los padres una oportunidad para modelar de forma consistente buenos hábitos alimenticios y mostrar a los niños cómo son las comidas equilibradas. También es más probable que los padres detecten posibles problemas alimenticios.

Sin embargo, a veces las discusiones en torno a la comida, las luchas de poder y las amenazas si el niño no come pueden romper la imagen ideal de una comida agradable en familia.

Sugerencias para disfrutar de las comidas con los niños

Establece el hábito de las comidas: No es necesario que la comida sea elaborada. Escoge un horario, elimina distracciones (televisión, juguetes, dispositivos electrónicos), coloca la comida en la mesa y coman juntos al menos una vez al día.

Llega con hambre a la mesa: Comer entre horas cerca del horario de la comida reduce las ganas de comer. Limita el acceso libre a la comida y bebida (excepto agua) entre comidas; ofrece opciones saludables (fruta, frutos secos). Evita, si es posible, los alimentos azucarados, ya que alteran el deseo natural del cuerpo por alimentos saludables.

Establece expectativas según la edad: Los niños pequeños pueden sentarse de 5 a 10 minutos; los preescolares un poco más; los niños mayores, hasta el final de la comida. Forzar a los niños a quedarse más allá de sus límites genera comidas estresantes.

Evita ser “cocinero a la carta”: Pon en la mesa la comida que se preparó para todos. Si tu hijo rechaza la comida, responde sin involucrarte emocionalmente, “Está bien. Avísame si cambias de opinión. Pero esto es lo que tenemos para hoy”.

No obligues a los niños a comer todo lo que hay en su plato: Esto puede llevar a problemas de obesidad. Enséñales a servirse porciones pequeñas primero y diles que pueden repetir.

No los alimentes a la fuerza: Tu trabajo es ofrecer la comida; el de ellos, decidir cuánto y si desean comer.

División de Responsabilidades

Rol de los padres: Proveer la estructura de las comidas

  • Ofrecer alimentos saludables 
  • Establecer los horarios de comidas y meriendas 
  • Eliminar distracciones durante las comidas 
  • Hacer que las comidas sean agradables 
  • Modelar buenos hábitos alimenticios y modales 

Rol de los niños: tomar sus propias decisiones

  • Elegir qué comerán 
  • Decidir cuánto comerán 
  • Decidir si comerán o no

Prevención de malos comportamientos durante las comidas

  • Comunica y modela tus expectativas de comportamiento en la mesa. Agradece los esfuerzos de tus hijos para cumplir con esas expectativas: “Gracias por usar tu servilleta” o “Aprecio que hayas dicho ‘por favor'”.
  • Involucra a los niños en la planificación y preparación de alimentos: Los niños suelen comer mejor si han ayudado a elegir y preparar la comida.
  • Evita las luchas de poder: Mantén el foco en tus propias elecciones alimenticias y en tu participación en la conversación, no en insistir que tu hijo coma más verduras.
  • Establece una regla de que cuando termina la comida, realmente ha terminado: Si tus hijos no comen y piden comida después, responde con empatía pero mantente firme: “Siento que tengas hambre. La próxima comida será en la mañana”.

Cuando surjan malos comportamientos

  • Establece expectativas claras para las comidas y actúa con amabilidad y firmeza. Por ejemplo, si arrojan comida (excepto bebés), puedes decir de una forma calmada pero firme: “La comida no se tira. Te retiraré de la mesa hasta que estés listo/a para comer sin tirarla”, “Bueno, la cena se ha terminado. Mañana lo intentamos otra vez”.
  • Si te encuentras en una situación conflictiva que te supera emocionalmente, retírate, date un tiempo para calmarte. Espresa tus emociones: “Me siento frustrada porque me gustaría disfrutar de mi comida”. Discúlpate si perdiste la paciencia: “perdón por gritarte”.
  • Ya con calma, ayuda a tu hijo a calmarse también. Valida sus emociones: “Puedo ver que estás enfadada”. Ofrece alternativas para bajar el enfado: un abrazo, un toque amable en el hombro, una invitación a retirarse hasta que se sienta mejor (“Puedes volver a la mesa cuando te sientas mejor, me gustaría comer contigo”). 

¡Recuerda!

El objetivo a largo plazo es hacer que las comidas y una alimentación saludable sean una experiencia agradable. El enfoque no debe estar en cuánta leche o cuántos bocados de pasta se comieron. Los padres pueden hacer las comidas agradables mediante conversaciones, no interrogatorios.

  • Comparte detalles sobre tu día; invita, pero no obligues, a tu hijo a compartir sobre el suyo.
  • Muestra curiosidad por las opiniones que tienen los niños sobre algunos temas o situaciones que han vivido (en la escuela o en familia).
  • Escucha atentamente a tus hijos cuando compartan sus pensamientos.
  • Habla sobre la comida que están comiendo. “¿Qué piensas de este nuevo plato?”, “Esto me sabe salado”, “Esto tiene una textura crujiente”.

Pasos Clave

  • Crea el hábito de comer juntos.
  • Trata de que lleguen con hambre a la mesa.
  • No prepares comidas especiales para cada persona.
  • Involucra a los niños en la elección y preparación de alimentos.
  • No obligues a los niños a comer todo lo que hay en su plato.
  • Comunica claramente cuándo comienzan y terminan las comidas.
  • Actúa con amabilidad y firmeza cuando sea necesario.

Fuente original: Mealtimes (pdcrsantacruz.org)

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